El madrileño partió cuarto y sus primeros metros no fueron sencillos. Pero después se convirtió en una máquina programada para no cometer errores: «La salida no fue ideal, pero gestioné bien las gomas, mantuve mi ritmo, adelanté a dos o tres coches para llegar al podio y pude aguantar al Red Bull, que fue una sorpresa. Sigue sin ser suficiente, no es donde queremos estar, pero es un buen paso adelante comparado con el año pasado y es un comienzo sólido», comentó en la ceremonia previa al podio.
Sainz motivó con sus palabras a Ferrari, a pesar de ser su último año con la escudería italiana: «Teníamos un plan claro de ir con un blando y dos duros. Nos sentimos más cómodos con el duro porque degradaba menos y se calentaba menos. Fue un neumático difícil de calentar con el que era sencillo bloquear las ruedas delanteras, pero una vez que funcionaron, pude empujar. En Red Bull habéis visto diferentes estrategias, pero esto también es la belleza de la F1», añadió el piloto de 29 años.